El Chardonnay

Chardonnay

Profundamente arraigado en la rica tierra de Borgoña, las raíces del Chardonnay se han extendido por todo el mundo. Este éxito mundial se debe a la resistencia de esta fruta de Pinot Noir y Gouais Blanc, a su calidad superior y a su capacidad de adaptación al entorno. Esta variedad polivalente, exalta las características de su terruño: los vinos producidos en un clima fresco despliegan una paleta vigorizante y mineral de sabores frutales «frescos» como la manzana, la pera y los cítricos. En las zonas más templadas, los vinos son más suaves y redondos, y desarrollan aromas de frutas blancas como el melocotón. El Chardonnay, bañado por el sol, aporta a los vinos, la riqueza de aromas de frutas maduras y exóticas. Su capa es cambiante: presenta un tono verdoso pálido que adquirirá matices dorados al envejecer. El Chardonnay realza el sabor sin cubrirlo, por lo que acompaña de maravilla a los mariscos y a las carnes blancas finas.

Las distintas expresiones del Chardonnay

Chardonnay

El Chardonnay se cultiva principalmente en Francia y en Europa; es muy apreciado en España y en Portugal ya que se produce muy poco debido al calor del clima.
En Estados Unidos, se encuentra en primera posición, ya que es la variedad más plantada en California. También se cultiva en el Oregón.
Esta famosa variedad de uva también ha conquistado las tierras ancestrales de Australia; y en el país vecino de Nueva Zelanda, la Chardonnay ocupa el segundo lugar del total del conjunto de vides.
También está presente en Sudáfrica, sobre todo en la región del Cabo.